Oreste Berta es, seguramente, el mejor constructor integral de coches de carrera de toda la historia del automovilismo de la Argentina, habiendo sido, incluso, consultor y proveedor de equipos de Fórmula 1. Fué él quien me contó esta historia una soleada tarde de pruebas en el autódromo de Buenos Aires y que ahora comparto:
A finales de los años '60 Berta construye 3 Torino de Turismo Carretera y, como era de costumbre en la época, los lleva a probar por un camino poco transitado. Sale con el primero, va y viene, funciona perfecto. Pone en marcha el segundo, el mismo recorrido, igual resultado. Arranca con el tercero, pero falla. Revisan (el mismo Berta con su equipo de 15 mecánicos) los carburadores, pero la falla sigue. Tres intentos tratando de poner a punto y nada. Ocupados como estaban no se percataron de la presencia de un mendigo, que observaba en silencio el trabajo a una distancia prudencial, preocupado en no estorbar pero sin perder detalle. Al cabo de unos minutos el mendigo exclama: "¡¡Uauuuuu!! ¡¡Carburadores Weber 45!!" Era extraño. Ese modelo de carburador (fabricado solo para competición) había sido lanzado un año antes. "Desarmen las trompetas de admisión, seguro que los centradores que llevan dentro están montados al reves" agregó. Le hicieron caso. Salió Oreste a probar y el coche funcionaba perfecto. Al bajarse buscó al mendigo, pero ya no estaba...
Cada vez que recuerdo esta anécdota pienso:
Que nunca sabes quien se esconde detrás de un determinado aspecto...
Que la presencia es importante, pero no es determinante...
Que no se debe desestimar ninguna opinión...
Que, ante un problema, la solución puede llegar de donde menos la imagines...
Que siempre hay alguien que tiene algo que enseñar...
Y estoy seguro que a ti se te ocurrirán más...
Esto me hace pensar que tu madre diría: "Es cierto, la presencia no es determinante, pero andá a cortarte el pelo y a afeitarte!!!!"
ResponderEliminarEliana